Joe Strummer le propinó un puñetazo a Mick Jones cuando estaban en lo mejor de su carrera. A partir de ahí se acabó todo. Años antes el batería echó la pota durante una rueda de prensa. Joe lo disculpó increpando a quienes preguntaban que le pasaba. Días mas tarde el propio Joe lo expulsó del grupo y dijo a la prensa que era un jonkie. El batería confesó recientemente que no era jonkie, pero que tras escuchar esa declaración comenzó a chutarse. También dijo que el resto del grupo le había invitado a descansar una temporada porque se encontraba agotado y sufría problemas estomacales. La intención era que volviese al grupo, lo cual nunca ocurrió. En fin, la fama destrozó al grupo más famoso de mediados de los 80, nacido del movimiento punk (1977) codeandose con los Pistols.
Lo curioso de este enésimo documental de los Clash es su director, el español Danny Garcia, y los productores: David Mingay (Rude Boy) y Robin Banks. García ha optado por mostrar las constantes batallas entre los miembros de la banda, algo habitual en el ambiente punk. Hay que recordar que Joe Strummer era un personaje cuanto menos misterioso, cuyo hermano de pequeño se suicidó, cuyo padre lo recluyó en un colegio tipo Dickens después de llevárselos por medio mundo, ya que era embajador, aunque pasaba mucho de sus hijos. No es que fuera mal estudiante, era pésimo. Cuando ingresó en la escuela de arte hizo un trabajo con compresas usadas que le valió la expulsión, aunque era todo un artista, como luego se descubrió.
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