Las salas madrileñas de conciertos Astoria y Jácara tomaron el relevo al Rock-ola pocos meses después de que a esta sala se le ocurriera organizar un concierto Mod al que acudieron rockers de Carabanchel, uno de los cuales, Demetrio, de 18 años, murió en su casa horas después de que un desconocido le clavase un destornillador en la espalda. Allí se acabó la Movida, nombre al parecer elegido por la sala en uno de sus carteles que rezaba "Rock-ola se mueve", ya que diariamente organizaban un concierto. En su etapa final la v fue sustituida por una "r" porque dejaron de traer grupos buenos. Por allí pasó la flor y nata excepto los Pistols, los Clash, Joy Divison, New Order y poco mas. Su primer concierto fue el de Spandau Ballet, donde había 1.600 personas, cuando apenas cabían 500. Dicen que el sudor se evaporaba y volvía a caer al público. Las etiquetas de los quintos se despegaban y los pijos de los Ballet fliparon con aquel ambiente al día después de tocar en una discoteca mallorquina del recopetín. Un concierto mítico fue el de King Kurt, a quienes se les ocurrió lanzar al público huevos y después harina. Decibelios llevó 500 pollitos a los que decapitaron como si fueran Ozzy. German Coppini, el cantante de Siniestro, recibió decenas de lapos, porque aunque el punk había muerto, los paletos seguían escupiendo. Todavía Ramoncín recuerda con horror aquel punk del pollo frito, como lo llamó él, hoy directivo del SGAE.
En fin, que yo viví la etapa final, la peor, pero entonces surgieron salas como Astoria, profesionales, con un sonido impecable, sin aprietos ni suciedad. Estaba en el inicio de la carretera de Extremadura, mientras que el Rockola se encontraba en la Avenida de América, en un lugar oscuro e inhóspito. Tengo mal recuerdo de los porteros, del local, del ambiente y de todo lo que rodeaba al Rock-ola, por entonces muy violento, de ahí que lo cerraran. Ya ni los de la movida querían ir por allí porque los de provincias lo llenaban y vulgarizaban.
Ketama cuando telonearon a Durrutti Column desentonaron bastante. Eran desconocidos e iba toda la familia étnica en tó lo suyo, mas flamencos quel de la Puebla, cuando el público era mas rollo indie "enterao". Os podéis imaginar. En cuanto a Gabinete, recuerdo a Andrés Sánchez Magro, ahora reputado magistrado y locutor Intereconómico-gastronómico, fumandose un puro y gritando olé como si estuviera en los toros. En cuanto a The Truth y The Chameleons, no tuvieron fortuna en sus trayectorias musicales a pesar de ser buenísimos, y aquellos conciertos los recuerdo vivamente como intensos y auténticos. Del de Housemartins tengo vaga memoria, y eso que pegaban fuerte ya entonces ¿porqué será?.
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