Tocaba el banjo y el violín, tenía un gorro de los de Charlot y zapatos antiguos o zapatillas con las que hacía una especie de claqué. Adoraba el río Mississippi, pero sobre todo esos varcos de vapor que popularizó "cara de palo" en la mejor comedia que se conoce. Su mayor ilusión fue pilotar uno de esos barcos y su mejor disco es un tributo a ese río y paisaje. No es necesario escudriñar en la música actual, ni en la pasada, es suficiente con ver la anterior, la de los 70, para comprobar que se tocaron todos los palos habidos y por haber y que todos eran verdaderos genios, muchos de ellos incomprendidos y desconocidos fuera de su tierra natal.
Insisto en lo de que me gustan los vídeos de cantautores en la naturaleza, pero en este caso mi insistencia, si es que os atrevéis a pincharlo, os brindará la oportunidad de terminar con el es3 de los viernes, la víspera del wkend en el que a los noctámbulos les robarán una hora, resultado del recorte por la crisis ;)
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