Un joven crítico musical decía que adoraba la última década en lo musical porque además de haber vivido una época de terrorismo, de recesión y problemas y estar vivo y con empleo, el rock había también sobrevivido y los villanos de la pantomima del pop no y citaba a Winehouse. Rock, metal, prog y blues viven a pesar de ser ignorados por las radios y televisiones de todo el mundo, e incluso por las compañías discográficas, pero internet les ha dado la vida a aquellos que distribuyen los discos que graban de forma casera y que cuelgan sus vídeos en YouTube y su música en MySpace. Hay quién habla de la Quentin Tarantinozización de la música, es decir, que sus películas entronizaron al rock clásico e incluso le dieron un toque de humor (Véase Tenacious D) del que carecía en los 70, repleta de sicodelia y sicótropos, pero también aparecían grupos que te hacían dormir con su música como Coldplay, Keane, Snow Patrol y Travizzzzzzzzzzzzzzz. Incluso revistas como NME tuvieron que descubrir talentos rockeros y se sacaron de la manga los neoyorquinos Strokes tras años de adolescencia programada. Pero no todas las estrellas del rock son tan aburridas como Bono o Chris Martin, Ozzy Osbourne y su familia protagonizaron de 2002 a 2005 la saga televisiva más graciosa que se recuerda. El comprador de rock clásico prefiere un vinilo o cd que descargar música, aunque si no encuentra el clásico que busca de hace tropecientos años no tendrá mas remedio que descargarlo de la página de un bloggero fanático de la banda, cuyos componentes ya han fallecido o se encuentran descansando en la costa del sol. Las grandes centros comerciales no tienen espacio suficiente para albergar la música tan variopinta existente y fácilmente localizable en internet, y la tiendezucha de tu amiguete el pelanas ni te cuento. Se ha tenido que dedicar a hacer camisetas porque no vende una mierda. Ha nacido en los 00s una hornada de fans que tienen discografías completas descargads de grupos que ni conoce y que en su puta vida ha comprado un compact disc ni sabe lo que es eso y que miran un vinilo como si fuera un objeto no identificado. Todavía recuerdo cuando copiaba mis discos para que no se estropearan en una C90 con cinta que olía a queso curado (Metal Chrome). En esta década todas las televisiones cancelaron sus programas musicales y las discográficas no se gastan un duro ni en grabar a sus grupos, que hablan con sus fans en facebook y twitter para venderse como sea. En 2008 las ventas de discos disminuyeron un 45%. El ALBUM, es decir, la colección de canciones reunidas en un disco juntitas ha muerto definitivamente por culpa de iTunes. El nuevo modo de consumir música es a través de cancioncillas repelentes y supercomerciales o a través de coleccioncillas temáticas. Se dice que se escucha más música en YouTube que en ningún sitio del planeta. Irónicamente el declive del ALBUM ha conllevado el resurgimiento de géneros musicales como el PROG, ridiculizado en los 80s y cuya premisa eran los disco conceptuales de temas de hasta 20 minutos, algo impensable en la era iTUNES, qué técnicamente le impide vender más allá de 10 minutos de música por canción. De repente hacer música progresiva es lo mas punky que hay actualmente para un artista. Hay rockeros que incluso se benefician de que el mundo se vaya a la mierda vendiendo canciones sobre ello y no me refiero solo al "Rising" del Boss. ¡Viva el rock! de cualquier forma.
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