Es lo que ha traído Internet. Ya no hay oráculos, ni siquiera referentes que ayuden a desbrozar el camino a la hora de elegir a quién escuchar. Y tiene narices, porque ahora son más necesarios que nunca.
Todo al alcance de un clic. Por eso hay quien devora sonidos etíopes de los 60 o electrónica aborigen llegada desde Oceanía. Todo vale, sin tendencias predominantes, sin que se puedan crear ídolos de masas. Es la democratización de la música.No se compran discos, pero se consume más. Ahora bien, ¿cómo se consume?¿Acumulando cientos de gigas de canciones en un disco duro?"
- Xavier Valiño García
(Esto es lo que ha escrito desde Santiago de Compostela mi amigo Wampush justo cuando acaba de terminar su libro sobre la censura en la música durante el franquismo. Será un bombazo de 500 páginas, con fotografías históricas).
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