"Bob no es auténtico. Todo lo que concierne a Bob es un engaño y somos ambos como la noche y el día", afirma ella, quién recuerda que incluso su propio nombre, Robert Zimmerman, cuando comenzó su carrera, lo ignoró para llamarse como un escritor.
Se da la circunstancia que los padres de Joni tenían en cartera el nombre de Robert para cuando naciera, y cuando resultó una niña le añadieron la a, con lo que en realidad se llama Roberta Anderson, pero al casarse con Chuck Mitchell cogió el apellido de su marido aún después de separados.
Según Diego A. Manrique, el mejor crítico musical español, recuerda hábilmente que en 1974, coincidieron en casa de David Geffen Dylan y Mitchell y se montó una escucha de sus nuevos discos. Mientras sonaba "Court and spark" de Joni Mitchell, Dylan mostró indiferencia y terminó adormilándose. Aparentemente, estaba fingiendo. Joni no pilló la broma y su santa ira dura hasta hoy.
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