Salieron al mercado casi al mismo tiempo y nadie hubiera adivinado que estos dos trabajos discográficos hubieran supuesto un cambio radical en el mundo de la música pop. Ambos coinciden en su fascinación por el Glam que estaba de moda en aquel momento y los dos discos rompen moldes. Ya sea Brian Eno jugando con sus sintetizadores como nadie lo había hecho antes, o Ferry con su voz vampírica, o Manzanera con una guitarra impredecible, o Mackay con un saxofón dando bocinazos que entre todos convierten una canción como "Virginia Plain" en elegante glamour. Por no hablar del disco conceptual de Bowie sobre una estrella de rock que viene de otro planeta, andrógina como él mostraba en un primer plano con sus ojos de dos colores que resultaron ser uno de ellos afectado de una pelea juvenil con un compañero de barrio. Las letras paranoicas evocaban un futuro nuclear apocalíptico que se hace presente en este 2022. La guitarra de Mick Ronson es la clave de este álbum
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